¿Qué estructura empresarial? ¿Cuáles son las perspectivas de facturación y beneficios? Y, sobre estas bases, ¿qué cantidad de deuda es sostenible? Son tres preguntas vitales a las que la dirección de Atos deberá responder este lunes 8 de abril durante una reunión organizada con sus recursos, bancos y fondos de deuda. El grupo informático se ahoga en una deuda bruta de 4.600 millones de euros (2.300 millones de euros si se tiene en cuenta el cash flow), una suma que no puede reembolsar: se vio obligado a someterse a conciliación, el 26 de marzo, bajo los auspicios de la Interministerial. Comité de Reestructuración Industrial, el servicio de Bercy encargado de gestionar las dificultades de las empresas complejas.
Su estructura se parecerá a la actual. Las negociaciones para vender Tech Foundations, la división de subcontratación, al empresario checo Daniel Kretinsky fracasaron el 28 de febrero. Veinte días después, el 19 de marzo, Airbus renunció a comprar Big Data & Security, el negocio de ciberseguridad y supercomputadores. Tras estos fracasos y en un periodo de conciliación, Atos ya no está en condiciones de negociar ventas de activos de esta magnitud. Siguen siendo posibles ventas menores, pero el plan inicial que pretendía desmantelar el grupo para pagar la deuda ya no es una prioridad. Y lástima que la empresa gastara 382 millones de euros, sólo en 2023, en costes de todo tipo (consultores, abogados, banqueros, etc.) para preparar un plan de separación que finalmente nunca vio la luz.
La prioridad es reducir la deuda, porque el flujo de caja es escaso. El jueves 4 de abril, la dirección de Atos anunció a sus empleados, por correo electrónico, “un ajuste negativo de (su) Plan de compensación variable para el segundo semestre de 2023 ». Los bonos se reducirán entre un 15% y un 25% para “todos los empleados elegibles”. Esta decisión arbitraria no fue bien recibida por los empleados, que habían votado el plan de transformación durante dos años, pero el grupo necesita contener sus salidas de efectivo.
Interés de David Layani y Onepoint
En este contexto, el “marco de refinanciación” preparado por Atos promete ser doloroso para los prestamistas y accionistas. Los primeros ministros condonarán parte de sus deudas, aceptarán transformar otra parte en acciones y pospondrán en el tiempo el pago de la deuda residual. Estos últimos sufrirán los efectos de una inevitable ampliación de capital, que diluirá mecánicamente su peso. Un protagonista del expediente estima que debería reducir la deuda a la mitad e inyectar alrededor de mil millones de euros.
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