Con “L’Impermanence”, Alain Chamfort habla por todo lo alto de sus álbumes

Con “L’Impermanence”, Alain Chamfort habla por todo lo alto de sus álbumes

“Cada vez que me entrevistan es para hablar de Dutronc, Claude François y Gainsbourg”, señala Alain Chamfort en un tono medio divertido y medio desilusionado. Lo dice sin amargura, más bien para enfatizar su propia responsabilidad en esta situación. El narcisismo y el exhibicionismo son las reglas de oro para el éxito en la profesión de cantante, él habrá preferido esconderse detrás de las palabras de los demás – “Siempre me he protegido de escribir yo mismo” – y su distante doble dandy, “con esa sensación de estar un poco evanescente, de no dar demasiado control”. Al final, dar un paso atrás habrá mejorado las cosas: “Durante mucho tiempo me negué a revelarme por completo porque no me sentía lo suficientemente interesante. »

Chamfort se reunió en un lugar casi caricaturizado en cuanto a su imagen: el Hôtel Rochechouart, un establecimiento que juega la carta del Art Déco retro al pie de la colina de Montmartre. Afable y sonriente, como era de esperar, se prestó de buena gana para la foto en un ambiente oriental ideal para él, el Mikado, un baile en el sótano inaugurado en los locos años veinte. Período con el que lo asociamos –al mismo tiempo que la nueva ola de los años 1980– tan seguramente como a Bryan Ferry.

Aunque el hit insumergible sigue siendo uno de los mayores éxitos disco en Francia, juramos esquivarlo. Manureva. Desde 1979, su compositor no habrá dejado de contar la historia, y la conversación inevitablemente desemboca en el letrista colaborador: Serge Gainsbourg. Esto evocó una desaparición, la del navegante Alain Colas (1943-1978). Que también podría escucharse como el de un intérprete hablando solo.

Carrera de presencia y eclipse.

Alain Chamfort, a sus 75 años, ya no se hará a la mar. El decimoquinto álbum de estudio, que publicó el 22 de marzo, será el último, anunció. Su título en el Bashung (ImpermanenciaDespués Imprudencia) resume una carrera de presencia y eclipse, donde lo sublime (Palacio Real) puede codearse con el doloroso (fiebre en la sangre).

“El formato del álbum está un poco desactualizado.él juzga. Ya no me parece imprescindible grabarlo, cuando vemos cómo se comporta la gente con la música hoy en día. Sospecho que esto es algo que irá decayendo aún más. Y yo mismo estoy llegando a una edad… La decisión es sabia en relación a lo que soy. También podrías despedirte de una manera algo elegante. » Esta decisión no significa que ya no lo escucharemos cantar. Por ejemplo en un mini-álbum. En enero presentó un EP de cuatro temas producido por Sébastien Tellier. Impermanencia toma esto de nuevo helado de whisky Más provocador de ansiedad que relajante: “Y en la terraza/ Bebemos juntos una taza/ Mientras esperamos que todo se desvanezca. »

Te queda el 73,21% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.