Paradas de autobús poco frecuentes, a veces sin señalizar, ausencia de un mostrador en la terminal de la estación de autobuses para informar a los pasajeros… En Guadalupe, viajar en transporte público puede ser una auténtica carrera de obstáculos. Para ir de un pueblo a otro hay que tomar varios autobuses, comprar varios billetes y el tiempo de viaje sigue siendo largo. A menos que tomes alguna de las líneas de servicio interurbano aún recientes. Allí los billetes se compran al abordar, con cambio.
Pero este servicio interurbano sigue siendo un poco discreto: instalado en noviembre de 2022, cubre los municipios de las dos islas principales del archipiélago de Guadalupe, Basse-Terre y Grande-Terre. “Hago estos viajes regularmente para volver a Pointe-à-Pitre, pero también el transporte intermunicipal de Sud Basse-Terre, y ambos no están conectados”, dice Kamille (el nombre ha sido cambiado), 17 años. Como muchos residentes, planea trasladar un automóvil y convertirlo en su principal medio de transporte. A pesar de la importancia de los atascos que obstruyen las carreteras de Guadalupe a diario, y no sólo en las horas punta.
El coche reina: el 72% de los desplazamientos se realizan en coche, frente al 63% a nivel nacional. Una cifra que ha ido aumentando con el tiempo, con una flota en constante crecimiento. Según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee), el 1 de enero circulaban 230.000 vehículos.oh enero de 2021, frente a 219.000 en 2019 y 194.000 en 2007.
De acuerdo a un estudio realizado para la Agencia de Gestión del Medio Ambiente y la Energía (Ademe) de Guadalupe sobre “el apego al coche y las palancas de la relación modal”, publicado en febrero de 2023, el coche representa una marca de libertad y una afirmación de identidad. Se beneficia de una imagen positiva, apenas matizada por la “fatiga automotriz” resultantes de su uso, incluso para viajes muy cortos, a menudo en malas condiciones.
Oferta insuficiente
Sin embargo, el lugar del automóvil empieza a ser cuestionado periódicamente: precios elevados de compra, mantenimiento, seguros debido a los costes adicionales de la isla, accidentes de tráfico entre los más elevados de Francia.
Más allá de la cuestión climática provocada por la contaminación, el uso del coche plantea también la cuestión de la autonomía energética del archipiélago, que importa sus recursos. Hay muchas razones para reducir los viajes en automóvil. Pero, indica el estudio de Ademe, la red de transporte público está descuidada, los autobuses se utilizan cada vez menos (8% de los viajes en 2021) y la oferta se considera insuficiente, desorganizada y muy ineficiente.
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