En Houston, el petróleo está ahí, y desde hace mucho tiempo.

Hace dos años, las compañías petroleras, honestas sobre su responsabilidad en el calentamiento global, planearon su venganza, repentinamente imprescindible con la invasión de Ucrania que privó a los europeos del gas ruso. En 2023, fue el triunfo estadounidense, con los masivos subsidios de Joe Biden a las energías renovables, lo que atrajo capitales de todo el planeta. Este año, en el “Davos” del petróleo, en la CERAWeek de Houston (Texas), organizada por S&P Global, llegó el momento de las crueles verdades sobre las energías renovables. Fueron los habituales “malos” los que abrieron fuego el lunes 18 de marzo: el director general de Exxon, Darren Woods, y especialmente el director general del gigante saudí Aramco, Amin Nasser.

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“La actual estrategia de transición es un aparente fracaso en la mayoría de los frentes”lanzó Amin Nasser, deplorando que su industria hubiera sido descrita como“enemigo absoluto”. Y para exponer algunos hechos inquietantes: la demanda mundial de petróleo batirá récords este año y el pico no se alcanzará hasta dentro de años; la reducción de emisiones sólo se consigue marginalmente con las energías renovables, a pesar de 9.500 millones de dólares (8.740 millones de euros) de inversiones en veinte años, pero con el paso del carbón al gas; sin subvenciones, los vehículos eléctricos son un 50% más caros que los térmicos; Finalmente, la transición energética es un “Media Luna irritante para el Sur global”.

Nasser recordó que el 85% de la población consumía 1,2 barriles de petróleo al año, frente a 9 en Europa y 22 en Estados Unidos. “Debemos abandonar la fantasía de salir del petróleo y el gas”lanzó el directivo de Aramco ante el aplauso de la élite mundial de los hidrocarburos.

“Sobre el uso de la zanahoria”

No estamos en el camino de tener cero emisiones en 2050”añadió el jefe de Exxon, Darren Woods, debido a la causa: “Si la sociedad quiere reducir las emisiones, nadie quiere pagar el precio”. Los gigantes americanos se han lanzado a una carrera de adquisiciones para aprovechar los años de petróleo que quedan: Exxon invierte en gas de esquisto en Texas (Pioneer, 60 mil millones de dólares), Chevron quiere explotar yacimientos frente a la costa de Guyana (mediante la adquisición de su su compatriota Hess, 53 mil millones), que Exxon disputa ante la cámara de arbitraje internacional de París.

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Sin embargo, los fabricantes no renuncian a la transición y, según cifras de la Secretaria de Energía estadounidense, Jennifer Granholm, están en marcha 600 proyectos de inversión por valor de más de 200 mil millones de dólares. Por primera vez, se espera que la electricidad producida por energía eólica y solar supere a la del carbón.

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