Fue el proyecto emblemático para el desarrollo del norte de Nueva Caledonia. Pero, por falta de comprador, Koniambo Nickel SAS cesó su actividad el sábado 31 de agosto, día en el que finalizaron la gran mayoría de los 1.235 contratos de trabajo.
A préstamo desde febrero, la emblemática planta de producción de níquel de Koniambo Nickel SAS (KNS), símbolo desde hace once años del desarrollo económico de la región nacido de la voluntad política de los separatistas, no ha encontrado comprador en los seis meses impresos. por el gigante de las materias primas Glencore. Este último, accionista del 49% del sitio, decidió separarse de esta fábrica con un proceso innovador, respaldado por un macizo minero excepcional pero un verdadero pozo financiero.
Desde que comenzaron las obras en 2007, KNS ha acumulado una deuda abismal de más de 13.000 millones de euros. Una responsabilidad asumida íntegramente por Glencore, al final del acuerdo de accionistas que la vincula a la Société Minière du Pacifique Sud (SMSP), que representa los intereses de la provincia del Norte. Entonces, en un contexto de crisis mundial del níquel y aumento de los costos de la energía, Glencore decidió tirar la toalla.
Están en marcha negociaciones con al menos dos potenciales compradores, según SMSP, que mantienen su objetivo inicial: transformar el mineral localmente en beneficio del desarrollo de la provincia. La fábrica tal como existe cerrará dentro de unas semanas, mientras se reduce la temperatura de los hornos calentados a más de 1.600°C.
“Hay múltiples escenarios posibles”
Con sus 1.200 empleos directos y al menos 700 indirectos, la empresa es un motor local. La población ha aumentado un 40% desde que comenzaron las obras de construcción en 2009. El número de empresas en Voh, Koné y Pouembo, los municipios circundantes, ha aumentado de 2.500 en 2005 a 4.000 en la actualidad.
Pero una vez apagados los hornos, la reanudación de la actividad metalúrgica es impensable durante un año y medio. “Hay múltiples escenarios posibles. Un comprador tiene interés en que una actividad, aunque sea parcial, se relanze muy rápidamente”estima Alexandre Rousseau, vicepresidente de KNS. En cualquier caso, los empleados han trabajado para que el lugar se presente de la mejor manera: césped cortado, sin desperdicios, señalización repintada… Fuera de la fábrica, se teme una gran crisis social.
Los empleados del sitio aún no están en el mercado laboral, pero Cap Emploi, que gestiona a los solicitantes de empleo en la provincia del Norte, ya ha registrado un aumento en el número de inscritos y una caída en las ofertas debido a la subcontratación interrumpida desde febrero. Como resultado, Cap Emploi tiene menos de 180 puestos de trabajo que ofrecer, para un total de 1.700 personas en búsqueda activa de trabajo.