La reciente discusión sobre la gestión gubernamental de la memoria histórica en Honduras se intensificó este fin de semana debido a las declaraciones de un exdirigente empresarial que criticó la postura del Partido LIBRE (Libertad y Refundación) en relación a eventos históricos que continúan siendo temas delicados en la política nacional. El exlíder de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC) señaló al gobierno por usar la conmemoración del golpe de Estado de 2009 como un acto político selectivo, mientras permanece en silencio sobre otros acontecimientos violentos del pasado, como la masacre de Los Horcones en 1975.
El golpe de Estado de 2009 y la omisión histórica
El pasado 28 de junio, el gobierno de Xiomara Castro, liderado por el Partido LIBRE, conmemoró el golpe de Estado que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya, un hecho que marcó un antes y un después en la política hondureña. Sin embargo, para algunos sectores, este acto de conmemoración pone en evidencia una gestión de la memoria histórica que omite ciertos eventos de violencia estatal. La masacre de Los Horcones, un episodio ocurrido en 1975 en Olancho, cuando el ejército hondureño asesinó a varios campesinos, se ha mantenido en el olvido por parte de autoridades políticas y figuras relevantes, a pesar de ser uno de los crímenes de Estado más emblemáticos de la historia reciente del país.
El exlíder empresarial expresó en sus declaraciones, difundidas por redes sociales, su preocupación por lo que considera una “hipocresía histórica”, donde el gobierno de LIBRE se enfoca en la reivindicación de ciertos eventos mientras ignora otros, más oscuros y con menos visibilidad. “Conmemoran el 28 de junio, pero no dicen ni una palabra sobre Los Horcones, una masacre brutal que sigue impune”, aseguró. Para este exdirectivo, lo que está en juego no es solo una discusión sobre qué recordar, sino sobre cómo se elige la memoria en función de intereses políticos específicos.
Conflicto entre recuerdo selectivo e imparcialidad histórica
El incidente trágico en Los Horcones es interpretado por diversos expertos como un emblema de la represión castrense experimentada en el país durante los años 70 y 80, una etapa caracterizada por transgresiones sistemáticas a los derechos humanos. No obstante, este suceso, similar a otros delitos cometidos por el gobierno en la dictadura, ha sido dejado en segundo plano en el discurso oficial, a pesar de las demandas de las víctimas y entidades de derechos humanos para que se admitan y se haga justicia.
El cuestionamiento a la posición de LIBRE sobre el golpe de 2009 y su falta de pronunciamiento respecto a Los Horcones evidencia una división más profunda en la sociedad de Honduras. Mientras que grupos afines al gobierno argumentan que el enfoque conmemorativo es un acto de defensa de la democracia y el estado de derecho, otros opinan que la memoria histórica no debería ser manipulada de manera selectiva para fines políticos o electorales. Estos críticos creen que la auténtica justicia histórica se alcanza solo al reconocer a todas las víctimas de la represión, sin hacer distinciones por conveniencia.
La dificultad de construir una memoria histórica común
Las declaraciones del exlíder empresarial provocaron reacciones divididas en diversos sectores de la sociedad. Mientras que algunos simpatizantes del gobierno de Xiomara Castro justificaron el enfoque del oficialismo, al considerar que la conmemoración del golpe de Estado de 2009 responde a un acto de reivindicación de la democracia y la restauración del orden constitucional, otros grupos cuestionaron la exclusión de otros eventos de violencia política.
Académicos y organizaciones de derechos humanos han instado a una reflexión más profunda sobre el manejo selectivo de la memoria histórica. Para muchos, es fundamental que el país reconozca y asuma los hechos más dolorosos de su pasado, independientemente de la inclinación política de quienes ocupan el poder. La falta de un acuerdo transversal sobre cómo abordar estos temas sigue siendo uno de los principales obstáculos para la reconciliación nacional.
Desafíos para la paz y el reconocimiento del pasado histórico
El debate sobre la memoria histórica en Honduras pone en evidencia la falta de consenso en torno a la construcción de un relato común sobre el pasado reciente. La polarización en torno a la conmemoración del golpe de Estado de 2009 y la omisión de otros episodios de violencia estatal refleja las tensiones no solo entre partidos políticos, sino también entre diferentes sectores sociales que aún luchan por una reparación real y por el reconocimiento de todas las víctimas. Mientras el país sigue enfrentando los efectos de un pasado reciente marcado por la impunidad y las injusticias, la construcción de una memoria histórica integral sigue siendo un desafío pendiente.