un juego de masacre espacial con una sensación juvenil de ciencia ficción

LA OPINIÓN DEL “MUNDO” – DEBE VER

Qué hacer hoy con una saga como Extraño que, en cuarenta y cinco años de existencia, ha experimentado secuelas confusas, desconexiones y repeticiones inoportunas e incluso cruces improbables (ambos Alienígena contra depredador en 2004 y 2007), sin redescubrir jamás la onda expansiva de una primera parte transmitida a la posteridad (Alien, el octavo pasajero por Ridley Scott, 1979)? Después del fracaso deExtranjero: Pacto (2017), poniendo fin a la trilogía de precuelas iniciada por Ridley Scott con Prometeo (2012) y la adquisición de 20th Century Fox, que se convirtió en filial de Disney en 2018, el desafío era renovar el universo, darle un nuevo impulso.

La dura misión recayó en Fede Álvarez, director de origen uruguayo descubierto con el ingenioso relato de invasión doméstica No respires. La casa de las tinieblas (2016), y que ya había reescrito un nuevo Muerte malvada (2013) en nombre de su mentor Sam Raimi. La operación implica primero un rejuvenecimiento general del elenco, un grupo de veinteañeros que le dan al conjunto un aire juvenil de ciencia ficción.

En la estrella de Jackson, una colonia minera donde las masas proletarias trabajan bajo el gobierno de la empresa hegemónica Weyland-Yutani, Rain (Cailee Spaeny, vista recientemente en Guerra civil de Alex Garland), sueña con escapar a otro planeta, junto a su “hermano” Andy (David Jonsson), un androide defectuoso del que ella cuida. La oportunidad se presenta cuando un grupo de amigos remolcadores le ofrece un golpe: robar de una estación espacial abandonada las cápsulas criogénicas necesarias para una fuga de nueve años, justo delante de las narices de la empresa propietaria.

“Cuerpo extraño”

En realidad, la plataforma esconde en el lugar un laboratorio ultrasecreto destinado al estudio de una extraña criatura, mitad reptil, mitad arácnido, que había exterminado recientemente a la tripulación del carguero. Nostromo (la historia se inserta entre la primera y la segunda parte). En particular, el local contiene una incubadora que alberga decenas de ejemplares en gestación, y la patrulla no tarda en ser atacada.

Así, y a pesar de una apertura distópica bastante prometedora, Extraterrestre: Rómulo Como era de esperar, vuelve a caer en los surcos de las horribles puertas cerradas y el juego de masacre espacial que marcó la identidad de la saga. Evidentemente, Fede Álvarez ha estudiado bien la serie original, ya que no deja de hacer gestos hacia ella, en un ejercicio referencial que retrocede, a su manera, digiriéndolas, las cuatro primeras películas –hasta el horizonte de la criatura-hombre-. hibridación prometida por Alienígena: resurrección (1997) firmado por Jean-Pierre Jeunet. El proceso puede tomar un giro fetichista, al reutilizar una multitud de motivos (un universo espacial marcado por el desgaste, la grasa y el humo), y una pátina analógica que se remonta a los años 80, pero eso no es suficiente para evitar la repetición, ni la repetición. impresión de un simple lavado de cara.

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