PAG.Muchos temas, como el del “fin de la vida”, combinan en esta medida convicciones íntimas, experiencia vivida y responsabilidad de la comunidad. Sin embargo, si la posibilidad de una ayuda médica para acortar una vida insostenible abre a todos, sin excepción, preguntas vertiginosas y exige respuestas complejas, ha reunido espectacularmente el 90% de las opiniones favorables entre los franceses. Emmanuel Macron, a diferencia de su predecesor, tuvo el coraje de abrir el debate sobre un cambio legislativo deseado casi unánimemente.
La ley Claeys-Leonetti de 2016, que autoriza “Sedación profunda y continua hasta la muerte” para pacientes con gran sufrimiento, cuyo pronóstico vital está en riesgo a corto plazo, si bien representó un avance, no responde a todas las situaciones ni a todas las solicitudes. No es aceptable que pacientes en apuros se vean obligados a viajar a Suiza o Bélgica, o a pedir online productos de composición incierta. Si bien la libertad de recurrir al aborto acaba de ser consagrada en la Constitución, es hora de que la ley reconozca la libertad de elegir la propia muerte cuando ya no se reúnen las condiciones para una vida digna y soportable.
En septiembre de 2022, el dictamen del Comité Consultivo Nacional de Ética admitiendo, a «estricto» términos, “la posibilidad de acceso legal al suicidio asistido”, había abierto el camino para una convención de ciudadanos sobre el tema. En abril de 2023, al final de intensos debates, 184 ciudadanos de todas las sensibilidades se expresaron en mayoría, sin ocultar sus diferencias, a favor de“una apertura a la asistencia activa en la muerte”. Esto significa que el Presidente de la República tiene una base sólida para anunciar, como acaba de hacer en La Cruz Y Liberarla presentación, en abril, de un proyecto de ley sobre“muerte asistida” que presenta como un texto “de encuentro y fraternidad”.
Al vincular el acceso a esta “ayuda” a condiciones más estrictas que las recomendadas por la convención de ciudadanos (prohibición de menores, capacidad de discernimiento del paciente, pronóstico vital, decisión colegiada de un equipo médico, período de reflexión), Emmanuel Macron elimina la El peor escollo: el que hubiera consistido en alentar a los más pobres a optar por desaparecer por miedo a pesar sobre la sociedad o sobre su familia. Pero el texto presentado no escapa a todas las críticas. El procedimiento parece complejo y la definición de “pronóstico vital comprometido a corto o medio plazo » incierto.
Tómate todo el tiempo para la discusión.
La negativa a utilizar las palabras “eutanasia” y “suicidio asistido”, así como “derecho” y “libertad”, surge de la loable intención de no entender el debate. Pero deja claro que se trata de abrir, de forma muy controlada, estas dos posibilidades. En cuanto al temor de que el“muerte asistida” no se introduce en detrimento del acceso esencial de todos a los cuidados paliativos, no se elimina mediante anuncios presidenciales imprecisos e insuficientes.
Ante cuestiones tan delicadas y complejas, ahora corresponde a los parlamentarios tomarse todo el tiempo del debate para seguir “madurando” un texto ya bien establecido en la conversación nacional y luego adoptarlo. Sería preocupante que el inicio de la campaña electoral europea obstaculizara un debate y un progreso que, por definición, trasciende las divisiones políticas.