Albert Fert, premio Nobel de Física en 2007, es profesor emérito de la Universidad de París-Saclay. Desde finales de 2023 trabaja en el laboratorio que lleva su nombre, asociado al CNRS, Thales y la Universidad de Paris-Saclay. En 1988 descubrió la magnetorresistencia gigante gracias a las nanotecnologías emergentes.
¿Tiene su descubrimiento de la magnetorresistencia gigante (GMR), que dio origen a la espintrónica, alguna implicación para el público en general?
La primera generación de aplicaciones de la magnetorresistencia gigante, en los años 1990, fue la creación de sensores magnéticos. Tienes en el motor de tu auto teléfono y la brújula de mi celular es uno. Y es que desde 1997 los discos duros utilizan la lectura GMR, lo que ha permitido multiplicar la capacidad de los discos duros por unas 1.000. Estas unidades GMR han dado un fuerte impulso al desarrollo de centros de datos, que almacenan enormes cantidades de información para la nube o incluso para la IA. En cuanto a los chips de memoria magnéticos espintrónicos, se utilizan desde su primera generación en 2006 para aviónica y espacio.
¿Cuáles son los otros beneficios de su descubrimiento?
Mientras asistimos al preocupante aumento de la energía gastada por la tecnología digital, que pronto representará el 20% de la producción eléctrica mundial, nuestra comunidad científica busca corregir esta explosión del gasto energético mediante el desarrollo de componentes espintrónicos de bajo consumo energético, de GMR.
Estos son los llamados componentes STT-RAM. (refiriéndose a la transferencia por giro) que aparecieron en el mercado en 2017 y que están empezando a introducirse para sustituir los componentes electrónicos convencionales de silicio –la RAM–, consumiendo mucha menos energía. Los relojes inteligentes utilizan STT-RAM para su conexión GPS. Y estamos preparando las próximas generaciones de componentes aún más eficientes. En el marco del programa Francia 2030, el plan PEPR Spin tiene como tema “Innovaciones espintrónicas para una tecnología digital frugal, ágil y sostenible”.
Usted fue miembro del consejo asesor de orientación estratégica del proyecto europeo “Graphene Flagship”. ¿A qué ha llevado esto en la economía real?
Este programa dio como resultado principalmente materiales compuestos que combinan grafeno añadido. (el grafeno es una capa monoatómica de carbono) a otros materiales, ya sea para aumentar la conductividad térmica del material en aviónica, o para aplicaciones como filtros, agua o aire. La iniciativa Grapes Spearhead también ha desarrollado una célula solar de alto rendimiento utilizando grafeno. Las baterías para vehículos eléctricos también utilizan grafeno por su mayor conductividad y mejor resistencia. Hay otras consecuencias, como por ejemplo en el campo biomédico con sensores de señales cerebrales o incluso sensores de diagnóstico.
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