Cómo convertirse en un mejor cocinero

Una receta puede ser el punto de partida de una comida, inspirando por su combinación de sabores o técnicas. En este caso, no es necesario que lo lea detenidamente. Pero cuando estás empezando, leer la receta antes de empezar a cocinar y luego seguirla con precisión te asegurará aprender algo nuevo y progresar.

Busque pistas, no horas. Considere los tiempos de cocción como guía y, en su lugar, utilice todos sus sentidos mientras cocina, prestando mucha atención a las señales visuales, auditivas y olfativas que figuran en la receta. ¿Las cebollas están apenas traslúcidas o muy doradas? ¿El guiso debe hervir a fuego lento o vigorosamente? Seguir estos indicadores le llevará a obtener un resultado más sabroso que cualquier cronómetro.

Piensa críticamente en los intercambios. La precisión es esencial en las recetas de panadería y pastelería, que a menudo no aprecian los intercambios. Por otro lado, la cocina salada puede incluir sustituciones con ingredientes que se cocinan de la misma manera. Por ejemplo, hierbas tiernas, como cilantro, perejil y eneldo; tubérculos, como zanahorias, chirivías y nabos; y a menudo se pueden sustituir por verduras abundantes, como la col rizada, la escarola y la col rizada.

El mayor error que cometen los nuevos cocineros es olvidarse de probar sus platos. Hay que sazonar por etapas, durante todo el proceso de cocción, y recordar probar a lo largo del camino. A veces eso significa probar cosas que quizás no quieras, como agua salada para pasta, aderezos untuosos y especias calcáreas, pero es la única manera de garantizar que tu comida esté condimentada a la perfección. Esto también le permitirá identificar sabores que podrían estar descarrilándose y controlarlos antes de que sea demasiado tarde.

Puedes encontrar instantáneamente miles de recetas de pollo asado en línea, pero Internet también está lleno de fotos y videos de comidas perfectamente preparadas tomadas durante la hora dorada. Es fácil desanimarse cuando hay tantas cosas para comparar. Cuando comencé a cocinar, sólo tenía unos pocos libros de cocina, la mayoría sin fotos: no sabía si los platos que estaba preparando eran «correctos», lo que significaba que podía disfrutar de la extraordinaria hazaña de prepararme una comida. Si consigues algo comestible, es una victoria.