Es una pequeña música que vuelve desde el inicio de la protesta agrícola el 16 de enero: bajo la protesta de los agricultores surgiría una crisis en el campo. Sin duda, desde la Agrupación Nacional (RN) hasta la Francia insumisa (LFI), lo que se plantea es ante todo la Unión Europea, los tratados de libre comercio y las limitaciones. Pero, afirmó el presidente de la RN, Jordan Bardella, el 20 de enero, el movimiento campesino “también lleva la voz de las zonas rurales”.
Y, sin embargo, muchos actores tienen razón: reducir el campo a agricultores es una caricatura. Los territorios rurales, diversos, no son sólo agrícolas ni mucho menos. De hecho, cada vez lo son menos. Los agricultores, 1,6 millones en 1982 (7,1% de los trabajadores), ahora son sólo 400.000 (1,5%) en Francia. En el campo, sólo representan entre el 5% y el 15% de la población activa, recuerda Yves Jean, profesor emérito de la Universidad de Poitiers y miembro del laboratorio Ruralités. Sin embargo, indica, también hay “El 25% de los hogares de trabajadores, el 25% de los hogares de empleados, profesiones intermedias, mandos intermedios, muchos nuevos residentes, que conforman la diversidad social de las zonas rurales”.
Además, la crisis campesina es ante todo la de una pequeña empresa agrícola que quisiera vivir de su trabajo y de más libertad para emprender, señaló François Purseigle, investigador asociado de Sciences Po Paris y profesor de la Escuela Nacional de Agronómica. De toulouse. “No es un movimiento ruralista sino la crisis de una determinada ruralidad.el concluye. Es sobre todo el movimiento de pequeños patrones que se sienten desposeídos. » Sin duda, esta actividad es central en el campo. “Son los agricultores quienes dan vida a la tierra, quienes mantienen los paisajes y nutren la economía local”señala Michel Fournier, presidente de la Asociación de Alcaldes Rurales de Francia. “Nosotros, los funcionarios electos ruralesél admite, Somos conscientes de que si no apoyamos a los agricultores, nos estamos disparando en el pie. »
“Campañas vacías”
Los líderes políticos no cuestionan esta realidad sociológica. Sin embargo, todos evocan una “convergencia entre la crisis agrícola y las crisis que viven determinadas zonas rurales”, en palabras de Manon Meunier, diputada del LFI por Alto Vienne. El ingeniero agrónomo coordinó un “ Plan La France Insoumise para los territorios rurales ». “Muchos de los temas planteados por los agricultores reflejan en gran medida las preocupaciones del mundo rural”coincide David Valence, diputado por los Vosgos (Partido Radical, afín al grupo Renacimiento) y presidente de la delegación ante las autoridades locales de la Asamblea Nacional.
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