La empresa Photowatt, pionera en energía solar, atraviesa un nuevo período oscuro. Con cuarenta y cinco años de actividad, la empresa Bourgoin-Jallieu (Isère) es una de las últimas en Francia en la fabricación de paneles fotovoltaicos. Especializada en el corte de obleas de silicio (“wafers”), se prepara para volver a cambiar de propietario. EDF, a través de su filial EDF Renewables, tiene intención de vender la empresa a la start-up lionesa Carbon.
Ambas partes confirmaron una “proyecto de acuerdo”Jueves 19 de septiembre. Su comunicado de prensa especifica que se está llevando a cabo un proceso de información y consulta con los órganos representativos del personal. » en curso «.
El personal ya ha expresado su temor a la liquidación. “Los empleados consideran que(FED Renovables) busca mejorar su imagen delegando el cierre de Photowatt a un tercero”afirma la intersindical de Photowatt (CGT, CFE-CGC, CFDT y FO), en un comunicado de prensa del 6 de septiembre. Según ella, el grupo EDF “Financia en gran medida la operación de adquisición (…) porque Carbon no tiene los medios”.
Competencia asiática
Para refutar estas críticas, Carbon promete una “plan de inversión” del orden de 40 millones de euros y el mantenimiento del empleo en la obra. Incluso la creación de empleo, ya que declara que quiere aumentar el número de puestos de trabajo hasta 200 en 2026, frente a los 170 actuales. Lo que, según el potencial comprador, implicaría “la creación de una unidad de producción de módulos fotovoltaicos con una capacidad máxima de 500 megavatios (potencia en condiciones óptimas de luz solar). (…) Eso es el equivalente a un millón de paneles solares al año”.
La operación forma parte de un marco más amplio. Carbone quiere sobre todo emprender la construcción de una gigantesca fábrica de paneles solares en la zona industrial-portuaria de Fos-sur-Mer (Bouches-du-Rhône). El complejo pasaría desde la producción de componentes (obleas de silicio, células y módulos fotovoltaicos) hasta el montaje, y se espera que entre en funcionamiento a finales de 2026.
“Las posibilidades de éxito (…) son delgadas »templa la intersindical. Sobre todo porque, ante la competencia asiática, la implementación del mecanismo de protección aún está pendiente a nivel europeo. En los últimos meses, el exceso de capacidad de China ha debilitado los pocos sitios de ensamblaje que aún quedan en Europa. Incluso empujando a algunas a cerrar, como la PYME Systovi, cerca de Nantes, en abril, y luego Recom-Sillia, en Côtes-d’Armor, en junio.
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