¿Qué pasó aquí?
El último sábado de agosto fue la oportunidad para que varios partidos políticos hicieran su regreso del verano.
En Blois (Loir-et-Cher), Olivier Faure insistió, durante su discurso de clausura en las universidades de verano del Partido Socialista, en el peligro persistente de que la extrema derecha repita mejor su llamamiento a la unidad de su movimiento y de la izquierda. La estrategia del primer secretario, que decidió rechazar la invitación de Emmanuel Macron al Elíseo después de que el presidente de la República rechazara la candidatura de Lucie Castets a Matignon, es cuestionada internamente.
En Levens, en los Alpes Marítimos, Eric Ciotti anunció la creación de un nuevo grupo político: la Unión de Derechos por la República. El todavía cuestionado presidente de los republicanos asegura que quiere “reencontrado” su familia política, creyendo que sólo “la unión de derechos” debe establecerse permanentemente “al gobierno de Francia”. “La UDR renace”dijo, refiriéndose al partido fundado por Charles de Gaulle en 1967, antes de ser reemplazado por el Rassemblement pour la République (RPR) de Jacques Chirac, nueve años después.
En Flixecourt, en el Somme, el diputado François Ruffin estimó que “Si Emmanuel Macron no se pone límites a sí mismo, la Asamblea tendrá que ponerle límites por todos los medios”pidiendo a la Asamblea que “Utilizar todos los medios constitucionales”incluido el procedimiento de despido llevado a cabo por los diputados de La France insoumise.
En Loyettes, en Ain, el primer ministro dimitido, Gabriel Attal, aprovechó una reunión con un centenar de militantes del Renacimiento para burlarse de los socialistas que » denegado « un jefe de gobierno socialista y los republicanos uno de sus filas. “¿Dónde está el interés general en esta postura postural? »se preguntó a sí mismo.