“En cuanto a las cámaras de compensación, Francia prefirió anular la reforma antes que hacer un regalo a Alemania”

FRançois Hollande, que sin embargo había llevado a cabo la financiación en » enemigo «, descubrió un repentino interés en oscuras organizaciones financieras en junio de 2016, el día después de la victoria del Brexit en el Reino Unido. El presidente francés había lanzado la ofensiva para repatriar dentro de la Unión Europea (UE) las cámaras de compensación, estos organismos que, cuando se produce una transacción bursátil, realizan el intercambio efectivo entre el título de propiedad de la acción y el pago del dinero.

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Esenciales para la canalización financiera global, sirven como garantía para el buen funcionamiento de las operaciones. “No hay ninguna razón para que Europa, y menos aún para la zona del euro, permita que un país que ya no es miembro de la Unión y que nunca ha sido miembro de la zona del euro continúe. realizar transacciones en euros »argumentó François Hollande.

Casi ocho años después, la reforma llevada a cabo por la UE para avanzar en esta dirección acaba de quedar vacía de contenido… por parte de París. Bajo la presión de los grandes bancos franceses, transmitida por el gobierno francés, una medida sin fuerza debería sustituir la ambición inicial. “Francia organizó voluntariamente la destrucción de esta reforma”, acusa Aurore Lalucq, eurodiputada (Plaza Pública), que siguió de cerca el caso. ella habla de “reuniones lunares” en Bercy, donde se retomó sin más el argumento del lobby bancario francés. Por tanto, las cámaras de compensación permanecerán en Londres.

En un momento en que Europa se enfrenta al retorno de su soberanía económica, el desafío en términos de supervisión financiera es, sin embargo, importante. Después de la gran crisis financiera de 2008, los reguladores decidieron exigir el uso de cámaras de compensación para cada vez más derivados, que antes se negociaban simplemente en el mercado extrabursátil. Por lo tanto, su importancia es grandiosa y se han convertido en “superriesgos sistémicos”, en el lenguaje de la regulación. Comprenda: si uno de ellos quebrara, todo el sistema financiero correría el riesgo de asfixiarse.

Cinco transacciones por mes

El problema es que las tres principales cámaras de compensación europeas están ubicadas en Londres. Estos gestionan, por ejemplo, el 94% de los intercambios swap (contratos financieros) sobre tipos de interés denominados en euros, según un estudio de 2021 de Instituto Europeo de Mercados de Capitales. LCH, propiedad de la Bolsa de Valores de Londres, es la principal. Del lado europeo, sólo Eurex, propiedad de la Bolsa de Frankfurt, compite en determinados subsegmentos. Desde el punto de vista de los reguladores, el peligro es evidente: en caso de crisis, no tendrían control sobre una empresa registrada fuera de la UE.

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