Maldivas se acerca al default

El jueves 25 de agosto, una ola de pánico se extendió por las Maldivas. Los 500.000 habitantes del archipiélago creyeron que su país iba a la quiebra cuando el Bank of Maldives Limited (BML), el principal banco público del país, anunció que limitaría los pagos de sus clientes en el extranjero a 100 dólares (90 euros) al mes. Una decisión finalmente anulada tras unas horas bajo la presión de las autoridades financieras.

Aumentan las señales de alarma por una posible crisis de deuda y un agotamiento de las reservas de divisas de Maldivas, que cayeron de 589 millones de dólares a finales de 2023 a 395 millones en julio de 2024. Apenas alcanzan para cubrir un mes y medio. de importaciones. Para una nación que depende de las compras extranjeras para su supervivencia, desde medicinas hasta alimentos básicos y gasolina, la falta de divisas puede conducir a una grave crisis social y política, como la que experimentó recientemente la vecina Sri Lanka. En esta isla del océano Índico, la crisis de la deuda provocó el derrocamiento del presidente, Gotabaya Rajapaksa, y su huida del país en julio de 2022.

Las Maldivas están cada vez más cerca de su turno en el precipicio. A principios de septiembre, la agencia de calificación Moody’s Ratings rebajó su calificación crediticia en un nivel hasta Caa2, declarándola en la categoría de «alto riesgo». Unos días antes, a finales de agosto, la agencia de calificación Fitch también rebajó su calificación por segunda vez desde enero, preocupada por un mayor riesgo de impago.

“Problema temporal”

El deterioro de las finanzas públicas y las consecuencias concretas para los residentes. Los pescadores se manifestaron en febrero para protestar por los retrasos en los pagos de su principal cliente, la empresa estatal Maldives Industrial Fisheries Company. También se retrasaron varios proyectos de construcción de carreteras. “Las vulnerabilidades fiscales y externas de Maldivas se han acumulado, lo que requiere un ajuste de políticas urgente”explica Piyaporn Sodsriwiboon, jefe de misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el terreno, precisando que las autoridades han comenzado a tomar medidas “Medidas asistenciales para desarrollar un ambicioso programa de reforma presupuestaria adaptado a la situación local”. A esto se suma la fragilidad de la economía de Maldivas, que depende del turismo y la pesca para la mitad de su empleo y de su producto interno bruto (PIB), dos sectores particularmente expuestos al calentamiento global. El turismo, principal fuente de divisas del archipiélago y que representa por sí solo el 30% de su PIB, vio estancarse su facturación en 2024 a pesar de un aumento del número de visitas.

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