Las personas mayores siguen estando cada vez más presentes en el mercado laboral. En 2023, el 38,9% de las personas de 60 a 64 años tenían un empleo, es decir, 2,7 puntos más que en 2022, según datos publicados recientemente por el INSEE. La progresión es parte de una tendencia ininterrumpida desde principios del siglo XXIY siglo, pero ha sido especialmente marcado en los últimos doce meses. Una estadística que probablemente satisfará al Gobierno saliente, porque le permitirá acercarse a su objetivo de pleno empleo para este grupo de edad.
Hay que remontarse al inicio del mandato de siete años de Valéry Giscard d’Estaing para encontrar cifras más halagüeñas. En 1975, la proporción de personas de 60 a 64 años que trabajaban era del 40,5%. Posteriormente, disminuyó periódicamente, por varias razones: aumento vertiginoso del desempleo, recurso masivo a planes de jubilación anticipada, en particular para los empleados de la industria siderúrgica, reducción de la edad legal de jubilación a 60 años con la reforma del gobierno Mauroy (1981-1984), etc. . La caída duró poco más de un cuarto de siglo, y el nivel más bajo se situó en el 10,8% en 2001.
Luego, la curva se distribuye hacia arriba, bajo el efecto –nuevamente– de diferentes factores. Entre ellas, se encuentran las leyes de 2003, 2010 y 2014 que modificaron los parámetros del sistema de jubilación para obligar o animar a las personas a prolongar su carrera profesional mucho más allá de los 60 años.
Una de las preguntas que surge hoy es si la reforma de 2023, al retrasar la edad de elegibilidad para una pensión a 64 años, ha tenido un impacto a favor del aumento de la tasa de empleo de las personas mayores ese año. El impacto del texto es marginal, responde Bertrand Martinot, experto en la materia en el Instituto Montaigne, porque las disposiciones, por el momento, sólo se refieren a un número relativamente limitado de personas. Según él, la explicación principal reside “en la continuación del aumento de poder de la ley de 2014”que aumentó el período de cotización necesario para tener derecho a una pensión completa, aumentando gradualmente el número de trimestres hasta 172 a lo largo de las generaciones. “Es una transformación profunda, que sigue teniendo impactoél enfatiza. Alienta a los asegurados a permanecer en sus puestos de trabajo hasta una edad avanzada, a veces incluso después de la edad en la que pueden jubilarse. »
Muy por detrás de Alemania, Suecia o Finlandia
El investigador asociado al Observatorio francés de las condiciones económicas, Bruno Coquet, encontró otro elemento. “En el período reciente, es probable que las necesidades laborales de las empresas hayan influidoél considera. Ante la dificultad de encontrar empleados para cubrir puestos, se les exige retener a los empleados que hayan cumplido sesenta años o contratar en esta categoría de edad con mayor frecuencia que antes. »
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