¿Pasó el ex presidente filipino Rodrigo Duterte (2016-2022) un El acuerdo de caballeros con su homólogo chino, prometiendo no reparar ni consolidar los restos del Sierra Madre, un buque de guerra filipino ha estado varado en bajíos en el archipiélago Spratly en el Mar de China Meridional desde 1999 para mantener una guarnición filipina? Esta revelación, confirmada en parte a finales de marzo por el antiguo portavoz de Duterte, Harry Roque, explica por qué los guardacostas chinos han aumentado su agresividad en las últimas semanas ante las misiones de reabastecimiento de los Sierra Madre.
Estos son organizados todos los meses por un pequeño barco civil acompañado por la Guardia Costera de Filipinas. Perseguido, fue bombardeado dos veces, el 5 y el 23 de marzo, por los cañones de agua de la guardia costera china, rompiendo el parabrisas de su barco e hiriendo a varias personas. La guardia costera filipina no interviene contra los barcos chinos pero se esfuerza por dar la mayor publicidad posible a lo que denuncian como “Agresión china”.
Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, confirmó el 1oh Abril, según el diario chino Hora mundialeso «la verdad sobre (Segundo atolón Thomas) es que Filipinas se ha retractado de sus palabras. Prometieron firmemente remolcar su buque de guerra varado ilegalmente, pero veinticinco años después, el barco filipino sigue allí.. Las acusaciones chinas de promesas a largo plazo, ya refutadas en marzo por el Departamento filipino de Asuntos Exteriores, se producen unos diez días antes de la reunión, prevista para el 11 de abril en Washington, entre el presidente filipino, Ferdinand Marcos Junior, el primer ministro japonés, Fumio Kishida y el presidente estadounidense, Joe Biden.
“Ataques ilegales”
Esta cumbre tripartita, la primera de este tipo, es una fuerte señal para China y sus demandas irredentistas, en las dos zonas eminentemente estratégicas del Pacífico que rodean Taiwán, el Mar de China Meridional y el Mar de China Oriental, de los que quiere expulsar a los americanos. El gobierno del presidente filipino, por su parte, respondió sustancialmente que ningún acuerdo oral emanado de un gobierno anterior y del que no hay rastro podría tener efecto vinculante.
Duterte, elegido en 2016, fue el artífice de un “pivote” con Pekín tras las tensiones de 2012-2015, en las que China dio un golpe de estado en el atolón de Scarborough, aunque situado en la zona económica exclusiva de Filipinas, y convertir otros siete atolones del archipiélago de Spratly bajo bandera china en bases militares.
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