El japonés SofBank, uno de los mayores inversores del mundo en empresas tecnológicas, registró resultados negativos en el primer trimestre de su ejercicio financiero 2024-2025. Si bien los mercados esperaban un ligero beneficio, al final tuvieron que sufrir una pérdida neta de 174,3 mil millones de yenes (1,1 mil millones de euros). Ciertamente, el resultado es mucho mejor que el revelado durante el mismo período en 2023 (2.900 millones de euros de pérdidas), pero sigue siendo decepcionante después de dos trimestres en verde.
En los últimos años, Masayoshi Son, el jefe del conglomerado, históricamente un actor importante en el sector de las telecomunicaciones, ha querido reorientar la actividad del grupo en torno a la innovación y las nuevas tecnologías. Para ello, lanzó sucesivamente dos fondos de inversión, VisionFund 1 en 2017 y Vision Fund 2 en 2019, por un importe total de más de 150 mil millones de dólares (unos 137 mil millones de euros) para financiar empresas emergentes.
Con resultados mixtos por decir lo menos. La apuesta de 20 mil millones de dólares (18 mil millones de euros) por WeWork simplemente se esfumó con la quiebra de la empresa de coworking en 2023. Por el contrario, la compra en 2016 por 32 mil millones de dólares (30 mil millones de euros) del especialista británico en semiconductores Arm, ha dado sus frutos: la empresa, que cotiza en bolsa en septiembre de 2023, factura ahora casi 130.000 millones de dólares (120.000 millones de euros).
Ambiciones en inteligencia artificial
Queda por ver cómo se inclina la balanza entre apuestas inspiradas y malas inspiraciones. En el primer trimestre, los dos Vision Fund registraron una pérdida acumulada de 1.300 millones de euros. Los japoneses también sufrieron un clima desfavorable. Si bien las acciones de SoftBank alcanzaron un máximo histórico a principios de julio, el mercado se ve cuestionado por el riesgo de sobrecalentamiento en el sector tecnológico. Desde principios de julio, las acciones de Arm han perdido un tercio de su valor.
No es suficiente para frenar las ambiciones de Masayoshi Son, que actualmente está trabajando para recaudar un nuevo fondo de 100 mil millones de dólares para financiar empresas que trabajan en el sector de la inteligencia artificial (IA).
SoftBank ya se ha metido la mano en el bolsillo, cerrando en julio la compra de la británica Graphcore, especialista en microprocesadores mejorados con IA, por un importe estimado en 500 millones de dólares. Según la agencia de noticias Bloomberg, el grupo también está estudiando una participación en la start-up estadounidense Perplexity AI, que está desarrollando un agente conversacional.