“El lento ascenso de nuestra reindustrialización y de nuestro sector tecnológico no compensa nuestro empobrecimiento”

“El lento ascenso de nuestra reindustrialización y de nuestro sector tecnológico no compensa nuestro empobrecimiento”

lYa en 2017, el presidente de la República había apostado por una reactivación de la actividad económica francesa. Como ningún país es económicamente fuerte sin una industria y un sector tecnológico fuertes (Francia no los tenía), Emmanuel Macron intentó revivir nuestra industria, junto con sus ambiciones de ser una “nación inicial en ascenso”. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de estos siete años?

La participación de la industria manufacturera no energética en el producto interno bruto (PIB) francés no ha cambiado realmente desde 2017. Se ha estabilizado en alrededor del 11%, según cifras de la OCDE. Es una cifra baja, pero en realidad es una buena noticia, porque esta cifra marca el fin del declive de la industria en nuestra economía. Antes de crecer hay que pasar por un momento en el que el declive se detiene. Estamos ahí.

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El empleo confirma esta tendencia. La industria ganó 130.000 puestos de trabajo entre 2017 y 2023, según el INSEE. También está aumentando el número de fábricas en nuestro territorio. Según la empresa de estudios económicos Trendeo, Francia perdió 700 emplazamientos industriales entre 2009 y 2016, pero ganó 316 entre 2017 y 2023. Símbolo de este renacimiento, cuatro “gigafábricas” de baterías han visto la luz o están en construcción en Hauts-de -Francia.

En resumen, Francia ha terminado su ciclo de desindustrialización y es de esperar que esté iniciando un nuevo ciclo de reindustrialización.

Aquí no hay milagros. El presidente ha lanzado múltiples iniciativas. Los planes Francia Recuperación y Francia 2030, cuyos medios se cuentan por decenas de miles de millones de euros, han situado la industria en el centro de sus objetivos. El Estado se ha dotado de una herramienta creada en 2012 bajo la era Hollande, el Banco de Inversión Pública (BPI). Ya no hay fábrica que quiera nacer, crecer o transformarse cuyo expediente no pase por las oficinas del BPI.

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A nivel legislativo, la ley de Industria Verde fue aprobada en octubre de 2023 sin mucho debate en la Asamblea Nacional, lo que demuestra el carácter consensuado de esta política a favor de la industria. Se han reducido los impuestos a la producción. Todavía están muy por encima del promedio de la Unión Europea, pero la dinámica va en la dirección correcta. Finalmente, todos los actores públicos están empezando a trabajar para restaurar una imagen positiva de la industria. Todos, especialmente los funcionarios electos locales, queremos más industria en nuestro suelo. Ésa es la buena noticia. Es menos glorioso.

Nuevo pacto social

Desafortunadamente, en la región siguen prosperando fábricas que se encuentran en grandes dificultades: Duralex, MetEx, Ascometal, por nombrar algunas. Porque no se dan las condiciones para un retorno masivo de la industria a Francia. Y los temas que irritan son numerosos y estructurales: el coste de la energía, el tsunami de las normas francesas y europeas, la ausencia de financiación de capital privado…

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