En Barcelona, ​​el independentista Carles Puigdemont desconcierta a la policía

En Barcelona, ​​el independentista Carles Puigdemont desconcierta a la policía

La votación de investidura del socialista Salvador Illa al frente de la Generalitat, el gobierno de la región autónoma de Cataluña, el jueves 8 de agosto, iba a marcar el regreso a una forma de normalidad y reconciliación institucional con España, después de cuatro años de pro- Gobiernos independentistas en Barcelona. Pero la sesión se vio ensombrecida por el último giro de Carles Puigdemont, el ex gobernador regional detrás del prohibido referéndum de independencia del 1oh en octubre de 2017, queriendo infligir otro desaire a la justicia española, que lo persigue desde hace siete años y de la que huyó instalándose en Bélgica.

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Al llegar voluntariamente a Barcelona como diputado regional, el expresidente de la Generalitat de Cataluña engañó a la policía, que ordenó su detención en virtud de una orden de detención por «malversación de fondos públicos agravada» relacionada con los gastos de organización del referéndum prohibido de 2017. El jueves por la noche seguía siendo imposible localizarlo, a pesar del despliegue de una gran fuerza policial destinada a detenerlo. Durante el día, dos agentes de los Mossos d’Esquadra, la policía regional catalana, fueron detenidos por ayudarlo a escapar.

A las nueve de la mañana, el líder independentista ridiculizó por primera vez a la policía apareciendo de la nada, a pie, en una pequeña calle del barrio del Born, antes de ser rápidamente rodeado por una multitud de separatistas que le acompañaban en las pocas decenas de metros que le separaban de el arco triunfal cerca del Parlamento. A riesgo de ser detenido, Carles Puigdemont había anunciado la víspera que respetaría la promesa, hecha durante las elecciones catalanas de mayo, de acudir a la sesión inaugural de la nueva legislatura y que participaría en una “evento institucional” cerca del Parlamento.

“Nuestro Nelson Mandela”

Sobre un estrado, Carles Puigdemont pronunció un discurso de seis minutos. “He venido a decirles que seguimos aquí, y que no tenemos derecho a renunciar al derecho de autodeterminación del pueblo catalán. »«, dijo a las aproximadamente 4.000 personas que habían respondido al llamamiento lanzado por lo que quedaba del movimiento independentista organizado en Cataluña, empezando por la Asamblea Nacional Catalana y las asociaciones Cultural Omnium. “Hoy muchos esperan celebrar mi arrestocontinuó. No sé cuándo nos volveremos a ver, pero pase lo que pase, cuando lo hagamos podremos gritar juntos «¡Viva Cataluña libre!». «. »

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