Al final, la huelga sólo duró cuatro días. Los trabajadores de Escondida, la mina de cobre más grande del mundo ubicada en el norte de Chile, anunciaron el viernes 16 de agosto que habían puesto fin al movimiento iniciado el martes, luego de llegar a un acuerdo con el grupo australiano BHP.
“Después de las discusiones (…) aceptamos la nueva propuesta de la empresa”anunció, en un comunicado de prensa, el sindicato convocado N° 1, que representa a 2.400 trabajadores, es decir, la mayoría de la fuerza laboral de la mina. Por su parte, el grupo minero dijo que había llegado a un “Consenso sobre una propuesta de contrato colectivo”.
Según el sindicato, las partes alcanzaron acuerdos en materia de jubilación y cobertura sanitaria. Los trabajadores también exigen desde hace tiempo que se distribuya a los trabajadores una suma equivalente al 1% de los dividendos pagados por los accionistas extranjeros de la mina. Un acuerdo sobre el tema “casi se logró”aseguró el sindicato. Cada uno de los 2.400 trabajadores sindicalizados debería recibir así una bonificación equivalente a 35.000 dólares.
El Gobierno chileno expresó este miércoles su esperanza de que el paro no se prolongue, dadas las consecuencias que podría tener en la economía nacional. En 2017, los trabajadores de Escondida realizaron una huelga de 44 días, la más larga en la historia de la minería chilena. El movimiento provocó pérdidas por 740 millones de dólares (670 millones de euros) y provocó una contracción del 1,3% del producto interior bruto (PIB) de Chile ese año.
Salario significativamente por encima de la media nacional.
En agosto de 2021, los trabajadores y la empresa evitaron por poco una huelga al llegar a un acuerdo sobre un convenio colectivo de tres años, que actualmente se está renegociando.
Los trabajadores de Escondida reciben un salario significativamente superior al promedio nacional en Chile, pero consistente con los que practica la poderosa industria del cobre chilena, la más grande del mundo, que genera entre el 10 y el 15% del PIB nacional.
Esta huelga se produjo en un contexto de alza global del precio del cobre. En mayo, Chile elevó la estimación oficial del precio promedio anual del metal para 2024 a 4,30 dólares por libra física, frente a una estimación anterior de 3,85 dólares.
El cobre y el litio -de los cuales Chile es el segundo productor del mundo- son metales esenciales para la fabricación de baterías de autos eléctricos necesarias para la transición energética para combatir el cambio climático.
Situada en el desierto de Atacama, la mina Escondida está controlada en un 57,5% por la australiana BHP. Los demás accionistas son la australiana Rio Tinto (30%) y la japonesa Jeco (12,5%). En 2023, produjo 1,1 millones de toneladas de cobre, o el 5,4% de la producción mundial y el 21% de la de Chile.